Marca Personal del Abogado

La marca personal es el factor clave en el desarrollo de la carrera profesional del abogado… y de cualquier profesional. Su deficiente gestión suele motivar el estancamiento de las carreras profesionales, de personas competentes que no saben ser lo suficientemente “especiales”, atractivas en el mercado, perdiendo empleabilidad o capacidad de captación de nuevos o mejores clientes.

¿Por qué cuidar o gestionar una marca personal relevante?

1. Una marca personal es un tesoro:

quien tiene una marca relevante es consciente que tiene un tesoro. Para conseguir una marca personal de prestigio, lo primero que hay que saber es que la marca personal es la huella o sello que dejamos en los demás. Es nuestra reputación, imagen o credibilidad, la percepción que los demás tienen de nosotros, tanto en el mundo offline como en el online. La percepción es lo que nos hace o nos deshace en el mercado. Por eso hay que gestionarla. Gestionemos nuestra marca personal.

 

2. La marca personal es posicionamiento:

la marca personal no es popularidad. No equivale a tener, por ejemplo, muchos seguidores en el mundo digital. La mayoría confunde tener marca relevante con popularidad aunque, a menudo, cuando una marca ha logrado posicionarse adecuadamente puede alcanzar también popularidad. La marca personal es posicionamiento, el lugar que queremos ocupar en la mente de los clientes potenciales, donde se deciden las contrataciones de abogados. El posicionamiento correcto de la marca facilita la comercialización de los servicios. Una marca personal potente también es sinónimo de utilidad, fiabilidad e influencia. Por eso hay que gestionar la marca personal.

 

3 Competencia en Derecho:

es esencial. Si soy competente, tengo la base para poder ser también “especial”, atractivo, en el mercado. Por eso hay que gestionar la marca personal. La base de una buena marca es, obviamente, la calidad y la competencia técnicas.

 

4. Denota deseo, voluntad y constancia:

la mayoría de abogados no tienen una marca personal fuerte porque carecen de deseo, voluntad, constancia y método para conseguirla. La prueba es el paso de los años y la ausencia de marca personal fuerte en la inmensa mayoría de profesionales, lo que suele llevarlos a competir en honorarios. Por eso, hay que gestionar la marca personal.

 

5. Autoconocimiento:

actuamos sin suficiente reflexión en cuestiones de marketing personal: la mayoría no tenemos paciencia para reflexionar, autoconocernos y mejorar, mediante formación en habilidades, antes de actuar. Por ejemplo, la actuación de los abogados en los actos de networking, las conferencias o la manera cómo escriben en medios de comunicación son una prueba al respecto. Confundimos la táctica (las acciones) con la estrategia. Nos lanzamos a comunicar y comunicar sin hacer previamente lo esencial. La acción sin reflexión y preparación previa (formación) sirve de poco. Por eso hay que gestionar la marca personal.

 

6. Mejora la percepción de los demás:

solemos desconocer cuál es nuestra percepción en el mercado y eso es, ni más ni menos, un factor clave que explica el estancamiento de las carreras profesionales. La gente y las empresas contratan según sus percepciones, valores y emociones. Por eso hay que gestionar la marca personal.

 

7. La marca personal es autenticidad:

hay que ser genuinos, auténticos, mostrarnos como somos. No obstante, la gestión de la marca personal implica un ejercicio de transparencia limitada, comunicando lo más “vendible” del profesional, sus puntos fuertes, aquello que le hace más atractivo para los clientes potenciales a los que se dirige. No se trata, como a veces pasa (en política, por ejemplo), de crear un personaje; sino de ser auténticos. También es una manera mejor de ganarnos la confianza de los clientes potenciales, que buscan autenticidad, empatía, confianza y tranquilidad. Por eso hay que gestionar la marca personal.

 

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8. Coherencia:

una marca es necesariamente coherente a lo largo del tiempo con sus valores. Por eso hay que gestionar, con rigor y método, la marca personal.

 

9. Formación:

nuestra formación debería ser coherente con nuestra estrategia de desarrollo profesional, con la que sería necesario que contásemos. Si queremos mejorar en el mercado es imperioso que mejoremos nuestras habilidades comunicativas, sociales y comerciales. Lo sabemos, pero poco hacemos al respecto. Con la gestión de la marca personal se trata de conocer lo mejor de nosotros y los aspectos que conviene que mejoremos. Se trata de potenciar nuestras virtudes, aquello que puede hacer que nos convirtamos en la opción preferida para el tipo de clientes y casos que queremos tener.

 

10. Marca del despacho y marca personal:

¿En qué despacho ejercemos? ¿Estamos en un despacho que potencia o puede entender que potenciar la marca personal o reputación de (algunos) profesionales es fundamental para potenciar la marca del despacho y generar más confianza y negocios?

11. Visibilidad:

con la gestión adecuada de la marca personal también generaremos más confianza en la sociedad, más allá de los límites de nuestros contactos y clientes actuales, que podremos ampliar. Por eso es imperioso ganar visibilidad, eso sí, con mesura, porque una sobreexposición, máxime difundiendo contenidos poco relevantes, puede acabar haciendo perder valor a nuestra marca. En comunicación, “menos es más”. Mejor calidad que cantidad.

 

12. Herramientas:

Hoy en día las redes sociales son percibidas como una herramienta básica de promoción de una marca. Las redes son útiles, pero no son la única herramienta. No obstante, hay que estar presente, pero no a cualquier precio ni con cualquier contenido y, mucho menos replicando lo que otros han dicho. La gestión de las redes es algo complejo que hay que gestionar de manera profesional, no desde el sofá de casa a las 11 de la noche. Hay que recordar que la red es global y cualquier cosa que hagamos en ella puede pasar desapercibido o hundirnos.

 

13. Acción:

hay que saber pasar de los deseos a la acción, mediante un Plan de marca personal. La concentración y la intensidad para conseguir lo que queremos facilita la consecución de nuestros objetivos de crecimiento o desarrollo en el mercado.

 

14. Tiempo:

tal vez estemos pensando que “todo esto conlleva mucho tiempo y que el día a día me ahoga”. No, en absoluto: se trata de que el tiempo que hasta ahora invertimos en estos asuntos sea invertido desde la preparación y la estrategia, desde la eficiencia.

 

15. La marca personal es nuestra  responsabilidad:

la gestión de la marca personal: solo depende de uno mismo y si no nos responsabilizamos de ella, nadie lo hará. Si en nuestro despacho no nos forman o no nos forman como quisiéramos, busquemos la formación adecuada. Si en nuestro despacho no nos ayudan a gestionar nuestra marca personal (algo más que probable), tampoco pongamos excusas: gestionémosla, con independencia de nuestra edad y de la trayectoria profesional que hayamos tenido o que esperemos tener. Nuestra marca personal es nuestro “seguro de vida profesional”.

Una marca personal relevante es algo que no se consigue al corto plazo, pero es algo tan importante que hay que empezar a gestionarla lo antes posible, para que causemos el efecto adecuado en nuestro mercado. Gestionar la marca personal, nuestra reputación y generación de más confianza en el mercado, lleva necesariamente tiempo, un tiempo que debe ser “orientado”, coherente con una estrategia de mercado, de la que es preciso disponer. A corto plazo sí que podremos conseguir nuevos clientes y casos, mejorando nuestras habilidades.

Quien tiene una marca tiene un tesoro. Mejor dicho: quien se ha responsabilizado de tener una marca fuerte, tiene un tesoro.

La marca personal es nuestro seguro de vida profesional, nuestro auténtico seguro. Por eso hay que gestionarla.

 

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© Francesc Domínguez, consultor de marketing jurídico y marca personal del abogado España, Europa, América Latina, Estados Unidos de América, www.francescdominguez.com. Resumen también publicado en Confilegal.

Author: Francesc Dominguez

Francesc Domínguez es consultor de marketing jurídico, marca personal del abogado y marketing de despachos profesionales, desde 2001. Es autor de cuatro libros sobre las mencionadas disciplinas, disponibles en www.francescdominguez.com